REFLEXIONES DE UN
PUTO CUALQUIERA
0001 El inicio
Puto cualquiera
May 10, 2015
Esta calurosa primavera había comenzado hace ya varias semanas y con ello parece que volvía el interés por correr algunas aventuras, si bien nunca me he catalogado un hombre aventurero, sí pienso que tampoco he sido un homosexual que se ha quedado sentado en casa a cuidar la compostura y aparentar ser el hombre más heterosexual del mundo. Pienso que dentro del mundo gay o queer, soy un gay cualquiera o en realidad, como dice un amigo tlaxcalteca muy querido, más bien me considero un cualquierón, una persona vulgar, como cualquier otra, con defectos y virtudes como todo el mundo.
A mis treinta y ocho años más que nunca me daban ganas de volver a un lugar de encuentros y tenía muchas ganas de conocer so.do.me, pues sí, este gay hasta hace una semana no conocía so.do.me. y eso quizá se debía a que, no había hallado el momento adecuado, me parecía un tanto lejos, no quería parecer nuevo en ese lugar, había considerado que no tenía tiempo, no tenía dinero o simplemente me dolía el codo pagar tal cantidad para sólo ir a ver cómo era dicho lugar y no hacer contacto con nadie, en traducción: me pesaba la idea de perder tiempo y dinero cuando a estas alturas de la vida no me siento el hombre más productivo del mundo.
Total, apareció la oportunidad de ir con alguien; un amigo con quien había tenido un par de acostones, el cual me invitó a asistir después de enterarme por Manhunt que él y sus amigos hacían una orgía los viernes en un hotel al sur de la ciudad y decirme que sólo se había organizado dos veces y que había estado bien, pero entonces dijo, -Si quieres, te llevo a un lugar donde se pone muy bien-.
Así, el sábado pasado por fin llegó el momento que estuvimos parados en la entrada del lugar mencionado, apenas había escuchado el timbre cuando la puerta ya estaba prácticamente abierta y después de pagar la entrada correspondiente nos dirigimos a los vestidores donde después de quitarme toda la ropa, mi única prenda fue una linda falda parecida a las de las chicas que compiten en tennis y a la que hacen llamar feamente pareo, palabra que en mi loca cabeza siempre ha sonado sumamente ridícula, pero bueno, habiendo guardado todo en el locker correspondiente, mi amigo hizo el favor de conducirme por todo el lugar para conocer su dinámica.
Debo decir que dentro de mis quisquilleces, las cuales de un tiempo para acá me he dado cuenta de que son realmente muchas, he notado que el sexo en penumbra realmente no es lo mío, esa situación de estar toqueteándo y besando a alguien que no conoces y no puedes ver, realmente me incomoda, pero bueno, no mentiré diciendo que eso me limitó para tocar y ser tocado en esta ocasión.
El guía comenzó por el bar y su zona de jacuzi, las regaderas, el sauna, el vapor, los baños y la zona en penumbra de la planta baja, para luego subir al primer piso donde me encontré en la zona a oscuras, conduciéndome por todos los rincones de ese laberinto semioscuro en los que en cuanto mis ojos se acostumbraron pude ver varios tipos de chicos, donde los guapos realmente abundaban y aunque no todos lucían cuerpos envidiables, había algunos chicos muy bellos y de cuerpos tan bellos como sus rostros; pero los había también no tan guapos, muy masculinos y con unos cuerpos realmente envidiables, musculosos, muy varoniles y toscos que realmente me ponían la piel bastante caliente.
Llegó el momento en el que sentí que mi acompañante deseaba tener sus propias aventuras y yo me dispuse a recorrer solo el lugar para reconocerlo, y así me dediqué a caminar por el laberinto de penumbra; a veces no resistía las ganas de posar mi mano sobre el pecho de alguno de estos musculosos o de los niños bonitos que caminaban buscando con indiferencia por los pasillos.
Varios minutos después de recorrer los pasillos para memorizarlos me encontré con mi guía de aventura, -todavía están muy fresas- dijo, -espérate a qué estén borrachos y se les baja lo mamón-, eso me hizo reír a carcajadas, pensar que el alcohol podía causar esos efectos me hizo tanta gracia. Debo comentar que no bebo porque no me gusta el sabor del alcohol y porque me estresa sentir entorpecidas mis capacidades motrices, una más de mis quisquilleces.
Mi acompañante y yo entonces nos separamos de nuevo y para cuando recorrí con más confianza los pasillos a oscuras la excitación parecía estar evaporándose en el ambiente y pude ver parejas ya muy entabladas en besos, abrazos y el manoseo pero pronto el sexo oral se volvió una escena recurrente y yo decidí comenzar a tocar la piel de algunos de esos chicos lindos, y ya sintiendo más confianza, mis manos tocaron algunos miembros de diferente tamaño.
Debo confesar que me encanta el sexo, pero a veces puede más mi deseo de saber simplemente de cuanta carne estamos hablando, mi excitación curiosa me arrastra a conocer su forma, firmeza, y por supuesto, su tamaño, pero también me gusta saber si están recortados de vello, porque los pubis con el pelo salvaje, realmente enfrían mi interés.
Así fue mi visita, paseando por cada rincón del lugar y de vez en cuando acariciaba algunos pezones, buscaba sentir la fuerza de algún abdomen, un brazo, un hombro o un miembro.
Sin embargo, me daba mucha risa que no podía disimular cuando alguien se resistía a alguna de mis caricias y se giraba para lanzarme una mirada flamígera en esa atmósfera de penumbra donde era casi absurdo lanzar alguna mirada. Pero sí, entiendo que tocar a las personas era cruzar la barrera del espacio vital e íntimo en un lugar donde la gente desea ir a derribar esa barrera sólo con quien desea, porque en realidad, a reserva de la frontera sensorial ya no hay un límite verdadero entre lo íntimo y lo privado, sin embargo, diré que fue la única manera que encontré para expresarles a varios de esos hombres que sus cuerpos o sus rostros me atraían.
Así anduve un rato hasta que después de ver y acariciar algunos cuerpos, terminé en brazos de un muchacho musculoso que me masturbó, luego me tiré en una cama a charlar con un chico bisexual muy humilde pero honesto, poco agraciado, que se sentía poco atractivo y que me comentó los problemas de su aceptación con el gusto por los hombres, su novia, su hijo y rematamos hablando de películas de ficción para luego masturbarnos y despedirnos. Luego de recorrer varias veces el lugar me encontré con otro maduro muy guapo y varonil, de ojos azules y actitud de macho que involuntariamente me hacía cosquillas con sus caricias que me provocaron reír a carcajadas en la penumbra, sin embargo de cuerpo no era para menos el mejor, aunque su pecho era enorme y fuerte, su cintura y nalgas no eran firmes y eso me desilusionaba, no obstante era tan guapo, en verdad.
En varios momentos de mi visita me encontré a un par de chicos, uno de ellos me pareció tan tremendamente excitante, tan delgado y con imagen de niño nerd con sus lentes de pasta, tan joven; podría decir que de familia humilde aunque no podría asegurarlo, pero sentía tantas ganas de acariciarlo y besarlo.
Esa fue mi situación allí, al pasar por el vestidor vi al chico lindo de los lentes de pasta vestido cuando estaba a punto de salir del lugar y me habría gustado decirle lo guapo que me parecía después de sonreírnos tantas veces en los pasillos con luz y sentirme despreciado en los pasillos de penumbra. Ya cerca de las 2 de la mañana me parecieron suficientes de esta diversión y fui a buscar a mi compañero para salir del lugar y entonces decidimos vestirnos para volver a casa; un chico alto, moreno y de cuerpo atlético me había rondado un par de veces pero había estado lejos de demostrarme suficiente interés y sólo sonreía aparentando interés. Al final salimos del lugar, la aventura de esa noche había llegado a su fin y yo sólo quería ir a dormir.
Debo decir que la experiencia fue interesante, sin embargo volví a sentirme como la mayoría de las veces, en un lugar del que no soy parte, porque realmente no me sentía atractivo a los demás y aunque a quienes conocí dijeron que era guapo, que tenía un cuerpo encantador y pude reír a carcajadas, al final no sé si volveré algún día, la idea sigue pareciendo excitante y tal vez sólo deba ponerme súper bueno y ser indiferente a los demás, jajaja pero por supuesto ese no sería yo.
Un puto cualquiera
