REFLEXIONES DE UN
PUTO CUALQUIERA
0015 El consumo gay (parte 1)
Un puto cualquiera
junio 18, 2016
Vivimos en una sociedad basada en la capacidad de consumir, donde todo se ha vuelto un objeto de cambio, todo a nuestro alrededor es una mercancía, objetos, plantas, los mismos animales y hasta los propios seres "humanos", llegamos a convertirnos en mercancías u objetos de cambio.
¿Alguna vez has cuestionado tu manera de consumir?, yo por ejemplo, ahora estoy en un momento de austeridad, sin embargo esta tarde he comprado dos herramientas, no obstante yo mismo me advertí: -Puto cualquiera, esto que estás comprando es una inversión, no lo vas a usar de inmediato pero te servirá para el trabajo en el futuro-
Algo similar sucede con las prendas de vestir, una temporada me dio por comprar camisas y cuando las adquiría me decía: -esta camisa es una inversión, me servirá para ir a trabajar-, y lo mismo hacía con el resto de las prendas y el calzado, nunca compraba algo que no fuera a usar por una única ocasión, no obstante la visualización del uso futuro de los productos no es suficiente, también hay que ser cuidadoso y buscar extender la vida útil de las prendas que adquirimos lavándolas de la manera correcta y colgándolas al sol de la forma y tiempo adecuados para que los colores no se deterioren y los tejidos no se resequen y arruinen.
Al comprar debemos buscar las prendas que no vayan a pasar de moda en un tronar de dedos y es importante tener presente de qué manera las vamos a combinar con otras prendas, calzado y artículos que ya tenemos.
En un lugar leí que debes comprar únicamente lo que te pruebas en la tienda y te queda bien, porque es en los probadores el lugar donde mejor lo lucirás y si allí no estás totalmente convencido, no te hagas lavados de cerebro, mejor no lo compres, después no te va a convencer.
No compres prendas para cuando te hagas el propósito de bajar 5 tallas, ni 3, ni 1, cuando hayas bajado podrás comprar lo que necesites y probablemente será mucho mejor.
La semana pasada por ejemplo decidí pasar por un centro comercial para comprar un pantalón para reponer uno que me trabé en el transporte público y estaba destinado al trabajo, sin embargo me di una vuelta por las tiendas y me probé de todo, camisas, playeras, shorts y pantalones, algunas cosas me quedaron bien, otras más o menos, una que otra realmente me gustó mucho, pero al final me dije: -Todavía no los necesito- y me salí con aire triunfante de las tiendas con mi cartera completa y un gran aire de orgullo por haber derrotado a la vanidad.
Desde mi punto de vista, el éxito en la vestimenta no está en traer lo que se encuentra en los aparadores, ni lo más caro, sino la capacidad inventiva para combinar prendas de manera que luzcas como una persona innovadora o divertida.
Tengo un amigo que siempre está endeudado hasta diez centímetros por arriba de la cabeza, , siempre pagando intereses por cuentas vencidas porque no logró juntar la cantidad en la fecha límite, siempre pidiendo prestado, a veces le he dicho que lo mejor que podría hacer es romper sus tarjetas de crédito.
La semana pasada le comenté que había comenzado a tomar clases de natación (ya que aún no he retomado las de gimnasia por una lesión en la muñeca), yo ya tenía traje de baño, sandalias y toalla, compré la gorra más económica que me encontré y unos googles también muy económicos pero me decidí a cuidarlos al extremo para que me duren lo más que se pueda.
Apenas le había mencionado acerca de la natación a mi amigo, sacó una caja, tenía como con diez googles y diez gorras, sorprendido le pregunté por qué tenía tantos y me respondió que para combinarlos con los trajes de baño, yo me quedé sorprendido por el grado de vanidad y derroche, insistió en que me llevara los tipo visor y a regañadientes los acepté por la insistencia de probarlos, los cuales ya usé, porque como dice mi prima Verónica (muy querida y extrañada por cierto): -A los hocicones hay que agarrarles la palabra en el momento.-
Estamos en una época muy difícil al igual que en todas las épocas, pero no podemos permitirnos el lujo de malgastar en algo innecesario, en hacer adquisiciones innecesarias, debemos sacarle el mejor provecho a nuestros recursos, cuidarlos y hacer que duren al máximo luciendo de la mejor manera, piensa que cada cosa que compres aunque sea un caramelo, un auto, unas flores para tu madre, o un detalle para tu novio o amigos es una inversión en tu felicidad, pero antes de todo, toma en cuenta cuantos momentos felices te puedes dar sin sufrir las consecuencias.
Si te interesa combinar las prendas que tienes de una manera más elocuente permíteme que te recomiende la siguiente dirección:
The sartorialist
Un puto cualquiera
reflexionesdeunputocualquiera@gmail.com
https://www.facebook.com/pooto.cualquiera